La pandemia del coronavirus ha obligado al sector de la arquitectura a repensar el concepto de vivienda, con lugares más espaciosos que permitan a las familias vivir, trabajar y jugar en el mismo entorno.
A ser posible, dotadas también de espacios exteriores donde vivir los confinamientos de las futuras crisis sanitarias.
El temor a un nuevo confinamiento ha marcado un antes y después en los intereses de los españoles a la hora de elegir un lugar de residencia. De hecho, según el portal inmobiliario Fotocasa, las búsquedas de vivienda con terraza o jardín se han incrementado un 40%, y otras tipologías, como fincas rústicas, un 46%, chalés un 36%, y casas adosadas un 24%, tras la llegada del coronavirus.
La forma de diseñar las viviendas también está en evolución. En nuestro despacho hemos visto cómo nuestros clientes han podido reflexionar sobre la vivienda y valorar la funcionalidad, los espacios exteriores y los usos que se le dan a los diferentes espacios. En definitiva, darle importancia a los aspectos intrínsecos de la buena arquitectura.
En la actualidad, nuestros clientes nos demandan espacios abiertos, con la cocina como un elemento que ha cobrado mucho protagonismo, convirtiéndose en la zona social de la vivienda. Un lugar donde no sólo se cocina, sino que también se puede conversar y trabajar.
Por otro lado, el poder salir al exterior se ha demostrado que es una necesidad básica en una vivienda. Lo ideal es tener una buena orientación al sur para poder disponer de la incidencia solar las máximas horas posibles y tener herramientas para poder controlar esta entrada de luz natural.
La ventilación natural cruzada es otro de los puntos más importantes, necesaria para renovar el aire, y en según qué épocas del año, evitar encender el aire acondicionado. Además la renovación del aire puede a largo plazo incluso evitar enfermedades.
La iluminación artificial también nos influye cuando estamos muchas horas en un mismo lugar y debe ser adecuada para cada estancia. Diferenciando las necesidades de una zona de trabajo (despacho o cocina) con las de una zona de relax (salón o dormitorios).
Utilizar materiales naturales, como la madera o la piedra, y colocar plantas de interior puede también ayudarnos a evitar la sensación de estar encerrados y ayudan a ganar sensación de amplitud.
En la vivienda post- Covid es ideal tener una zona de teletrabajo. Y estos espacios deberán estar aislados acústicamente para que una videoconferencia no altere la dinámica familiar. La entrada de luz natural debe estar controlada para que esta no nos deslumbre en la pantalla del ordenador, y a poder ser, que la luz venga del lado opuesto a nuestra mano diestra para que no nos haga sombra al escribir. Un buen decorado tras nuestro espacio de trabajo ayudará a mejorar nuestras videoconferencias.
El proceso de diseño y metodología que seguimos en el despacho sigue siendo prácticamente el mismo que antes de la llegada del coronavirus, si bien es cierto que muchas reuniones presenciales con los clientes han sido sustituidas por las videoconferencias.
Esto ha sido una ventaja para nosotros, ya que en el pasado nuestros clientes extranjeros debían esperar a la llegada de sus vacaciones para desplazarse a Mallorca y venir a nuestro despacho. Estas reuniones ahora se están realizando por videoconferencia, siendo en ocasiones más productivas gracias a la oportunidad de poder compartir la pantalla y explicar fácilmente sobre planos o imágenes nuestros diseños y proyectos. En la comunicación interna con nuestro equipo ha aumentado la dependencia del uso de aplicaciones informáticas para el reparto y gestión de tareas, siendo más productivos y permitiendo un mayor control del trabajo.